domingo, 11 de noviembre de 2012

Perspectiva Ecológica


La Perspectiva Ecológica del  Aprendiz con Necesidades Educativas Especiales:


            En primera instancia es importante señalar que una Necesidad Educativa Especial (NEE) se refiere a una reducción de la función o a la ausencia de una parte u órgano particular del cuerpo, como la perdida de una extremidad; una desventaja es vista como un inconveniente que resulta de una necesidad educativa especial que limita o impide el realizar una actividad. 

Por tanto, los sujetos con necesidades educativas especiales son ante todo, seres humanos, que requieren de las interacciones con su entorno, para obtener los aprendizajes y herramientas que le permitirán vivir y desenvolverse de manera armónica en la sociedad en el cual se encuentra inmerso. 

Donde, el ambiente ecológico constituye el contexto en el cual ocurre el día a día de la vida de las personas; es el entorno donde se participa de manera activa y protagónica, se ejerce un rol, se establecen interacciones afectivas y de comunicación con los otros, y se ejecutan actividades que permiten el intercambio de oportunidades y experiencias necesarias para avanzar en el desarrollo evolutivo.

           Por consiguiente, Bronfenbrenner (1987), propone una perspectiva ecológica del desarrollo de la conducta humana. Esta perspectiva concibe al ambiente ecológico como un conjunto de estructuras seriadas y estructuradas en diferentes niveles, en donde cada uno de esos niveles contiene al otro. Donde el desarrollo humano es la acomodación mutua y progresiva, o adaptación y ajuste entre un ser humano activo en crecimiento y los escenarios siempre cambiantes en los que funcionan, así como las relaciones entre esos escenarios y los contextos ecológicos más amplios como lo son los entornos donde se desarrolla el individuo en los que se insertan. 

A la luz de esta teoría, dicho ambiente está conformado por un conjunto de estructuras concéntricas en la que una está contenida dentro de la otra y a las que Bronfenbrenner denomina:

 *Microsistema: constituye el nivel más inmediato en el que se desarrolla el individuo (usualmente la familia).  

 *Mesosistema: comprende las interrelaciones de dos o más entornos en los que la persona en desarrollo participa activamente.

 *Exosistema: hace referencia a uno más entornos que no incluyen a la persona en desarrollo como participante activo, pero en los cuales se producen hechos que afectan a la persona en desarrollo o que se ven afectados por lo que ocurre en ese entorno.

 *Macrosistema: lo configuran la cultura y la subcultura en la que se desenvuelve la persona y todos los individuos de su sociedad.



        Además, Bronfenbrenner (1987) argumenta que la capacidad de formación de un sistema depende de la existencia de las interconexiones sociales entre ese sistema y otros. Todos los niveles del modelo ecológico propuesto dependen unos de otros y, por lo tanto, se requiere de una participación conjunta de los diferentes contextos y de una comunicación entre ellos.
En este sentido, Bronfenbrenner (1979) sostiene que la perspectiva ecológica, proporciona un contexto para organizar enormes cantidades de información sobre la diversidad individual. Este ve al desarrollo como la adaptación o ajuste continuos entre el individuo y su entorno, es decir, se basa en la concepción evolutiva del ambiente ecológico de la persona y su relación con este, así como la creciente capacidad de la persona para, sostener o alterar sus propiedades  (p. 9). 

Del mismo modo, Bronfenbrenner (1976), indica que la perspectiva ecológica del desarrollo humano tiene profundas implicaciones para la conducción de la educación especial, desde esta perspectiva se percibe como el proceso mediante el cual la persona en crecimiento adquiere una concepción más amplia, diferenciada y válida del entorno. Conforme los individuos se desarrollan se vuelven cada vez más motivados y más capaces de participar en actividades para cambiar su entorno. Entonces la meta de la educación especial no debe ser controlar a los individuos sino ayudarles a desarrollar capacidades de manejo personal, social y toma de decisiones.

Desde esta perspectiva, las relaciones entre escenarios representan la interacción entre los subsistemas donde funciona un individuo. En educación especial, estas interacciones por lo general implican las transiciones:

 a) de los programas de intervención temprana a los de edad escolar
 b) entre escenarios educativos, por lo general del escenario más restrictivo al menos restrictivo, como de la clase especial al salón de recursos y a la clase regular, y 
c) de la escuela al trabajo, capacitación vocacional o educación superior y ajustes para que el individuo pueda vivir en forma independiente o con apoyos.

Por tanto, es importante que se centren los esfuerzos en aumentar las interacciones entre cada uno de los ambientes en los que el niño(a) con Necesidades Educativas Especiales  actúa y el entorno al que está haciendo la transición.
 
Esta perspectiva ecológica concibe que el individuo se desarrolla en una relación dinámica y como parte inseparable de los escenarios en los que funciona durante toda la vida. Es decir es la adaptación o ajuste continuos entre el individuo y su entorno. Es una adaptación mutua y progresiva que ocurre de toda la vida entre los individuos en crecimiento y su entorno cambiante. Es decir, Se basa en las condiciones evolutivas del ambiente ecológico de la persona y su relación con éste, así como en la creciente capacidades de la persona para descubrir, sostener o alterar sus propiedades (Bronfenbrenner, 1979).

Bronfenbrenner (1976), habla de que los contextos ecológicos, donde se desarrolla un individuo esta anidado, uno dentro del otro. Afirma que "la naturaleza anidada del contexto es decisiva en el desarrollo del individuo conforme a los eventos ocurrentes en su interior". Es decir, sugiere que la capacidad de aprendizaje del niño depende o tiene que ver con la naturaleza de la relación y empeño que tenga la familia para su hijo con discapacidad y la escuela, así como los métodos usados en este aprendizaje.

Es importante recalcar que el entorno rara vez se adapta, y nunca lo hace por completo, a las necesidades especificas de un individuo con una diversidad funcional. Por consiguiente, el propósito último de cualquier programa de educación especial es asistir a ese individuo para que se adapte lo mejor posible a su entorno.

        La perspectiva ecológica brinda grandes aportes a la educación especial debido a que:

  • Bajo este enfoque, los niños y las niñas en desarrollo, constituyen un sistema abierto que está constantemente expuesto a las influencias de las situaciones que ocurran en su realidad social, no sólo en su entorno inmediato (núcleo familiar), sino también las que ocurren en otros contextos que puedan o no estar en relación directa con ellos(as).
  • Presenta la necesidad de la integración de la familia, comunidad y escuela en una gran comunidad que tiene como eje primordial en contribuir de manera eficiente con los procesos de enseñanza y aprendizaje de los niños y niñas con NEE.
  •  Deriva una práctica educativa que considere las múltiples variables o entornos -y sus interacciones- que influyen para que el desarrollo se produzca de una forma integral y armónica: la familia, la escuela, los centros de cuidado, las leyes de protección infantil, las condiciones sociales y económicas. Influencias que aún cuando sean indirectas afectan y determinan el desarrollo de las potencialidades de los niños y niñas con NEE.
  •  La práctica educativa debe estar abierta a la familia y la comunidad de manera que se produzcan interacciones positivas que favorezcan el desarrollo y el aprendizaje del niño y la niña con NEE. 
En este sentido, los docentes debemos enfatizar el amor, la sensibilidad, la ayuda y la cooperación ante las necesidades que presentan estos y niñas con NEE. Siendo así mediadores activos de sus procesos de enseñanza y aprendizaje, integrando la triada fundamental del entorno más inmediato al alumno, como lo son la familia, la escuela y la comunidad.


        

miércoles, 7 de noviembre de 2012

Integración escolar


    

  La integración escolar y la formación de los docentes en ejercicio de la relación de la diversidad funcional


     Frente al reconocimiento de la diversidad funcional surge la integración escolar, que consiste en el proceso que posibilita al niño y a la niña la oportunidad para desarrollar una vida como ser social, en que la escuela le brinda los medios y condiciones para participar en el conjunto de actividades escolares y sociales (Blanco 1999).

     La integración de niños y niñas con necesidades especiales en los distintos niveles y modalidades de la educación común debe abordarse desde varias perspectivas, no solo referente al sistema educativo sino también desde el punto de vista social. Por ser un proceso largo, exige esfuerzo de todos los sectores intervinientes para obtener el objetivo único y final que es el de integrar.

      La integración se basa en el principio de normalización por el cual el niño con necesidades especiales desarrolle un proceso educativo en un ambiente lo menos restrictivo y lo más normalizado posible.

     Este principio de normalización implica a su vez el principio de individualización, por el cual la atención educativa de los alumnos se ajusta a las características y singularidades de cada uno de ellos.

     
En consecuencia, se hace precisa la preparación de los futuros maestros para asumir las demandas que supone la atención de los alumnos con necesidades educativas especiales en el marco escolar ordinario.

Condiciones para la integración escolar:

• Programas que marquen las pautas para el desarrollo de la integración escolar.
• Reorganización de la escuela común para su apertura a la integración.
• Un diseño curricular abierto, flexible que permita las adaptaciones curriculares
• Supresión de las barreras arquitectónicas
• Una buena comunicación y relación entre los servicios participantes de la integración
• Participación activa de los padres
• Compromiso de toda la comunidad educativa.


     Se debe agregar que la realización de la integración escolar, desarrollada en forma eficaz implica cambios profundos en el currículo, la metodología y la organización de las escuelas, rompiendo con el esquema educativo tradicional que considera que todos los estudiantes son iguales y en consecuencia todos tienen que hacer lo mismo en el mismo momento.

    Por tanto, la meta principal es ayudar a los profesores y a sus formadores a considerar alternativas al enfoque individualista y tener presente las dificultades experimentadas por los alumnos en su aprendizaje como una fuente de conocimiento sobre cómo enseñar y mejorar las condiciones del aula.

     Debido a la significación que se le reconoce actualmente a la perspectiva del docente en cuanto a la integración escolar, brinda la oportunidad de conocer con mayor detalle aspectos de la realidad humana y de su cotidianeidad, partiendo del análisis de lo que tales realidades, situaciones, hechos o acontecimientos representan o significan para quienes forman parte de ellos. En este sentido, es evidente que la actitud del docente hacia la implementación de programas educativos, representan un papel decisivo para el éxito o fracaso de los mismos, es por ello que se busca formar al docente de aula regular para la formación de los niños con necesidades especiales y desarrollar un programa de formación que ayuden a favorecer la integración de estos niños y niñas.

     Para que éstas aspiraciones se logren efectivamente se exige del docente de aula regular, el estudio permanente para su actualización y crecimiento profesional, una sólida formación personal de vocación y de servicio, un sentido positivo e incondicional hacia el educando que lo lleva a aceptarlo tal cual es, con sus potencialidades y limitaciones donde se destaque el respeto al niño sin discriminaciones de ningún tipo, cualidades. Cualidades y actitudes profesionales indispensables para combinar con éxito el proceso enseñanza aprendizaje.